sábado, 26 de noviembre de 2016

"Las imágenes humanas":

Tienen rasgos divinos, en el sentido que fueron hechas para educar. El Catecismo que conocemos hoy, difiere en mucho de cómo se educaba religión antiguamente (predominaba el analfabetismo). Las imágenes en las iglesias eran cruciales para reflexionar sobre los misterios. No obstante siguen siendo útiles: inspiradoras, sirven para evocar como fotografías de nuestros familiares. A mí mucho no me sirven, pero las respeto.

"La confesión humana":

La confesión humana tiene rasgos divinos; Jesús la instituyó para perdonarnos los pecados. No dijo: "habla tú con Dios, te los perdonará". Instituyó la confesión, como la eucaristía, como muchísimas cosas. Hizo una doctrina, un orden y una autoridad que es la Iglesia desde Pedro mismo. Y en la Biblia misma puede verse todo esto... quién la escribió, que son los sacramentos; etcétera.

"La santísima trinidad":

Dios tiene tres modalidades: Dios padre, hijo y espíritu santo como en la señal de la cruz. En realidad es sólo uno, y las modalidades no son familiares entre sí mismas. Dios padre no es padre de Dios hijo con la misma exactitud con que lo pensamos humanamente. Podemos pensarlo así porque Jesús mismo lo permitió, hablando de su Padre siendo él mismo... a mí me sirve más otro tipo de didáctica. Lo importante es reconocer que son misterios insondables en los que reflexionamos. Y hacerlo siempre con muchísima humildad.